De vuelta de nuestra Escapada Otoñal al Parque Natural de Gorbea/Gorbeia, Valle de Arratia, Vitoria-Gasteiz, Bilbao, Salinas de Añana, Burgos #senderismo #turismo #gastronomía, nos faltaba de compartir la visita que habíamos reservado a este Valle Salado de Añana, del que dicen es: "un paisaje de sal único en el mundo", estas salinas en la provincia de Álava/Araba, y aquí estamos para comentaros nuestra sensación al caminar entre tanta sal, y conocer su historia gracias a la Fundación Valle Salado de Añana/Añanako Gatz Harana Fundacioa. Así que pasada Vitoria-Gazteiz, de vuelta a Madrid, nos desviamos para caminar entre maderas, canales, terrazas, agua de manantial y sal.
Esta imagen, es una vista panorámica desde una de las pasarelas de estas salinas, que según dicen desde la fundación, es:
"Uno de los conjuntos culturales, arquitectónicos, medioambientales, paisajísticos y arqueológicos más importantes del mundo". Y si os apetece continuar, os contaremos nuestra experiencia en este
"Valle Salado". Y es que: "La enorme importancia de la sal hizo que Salinas de Añana fuera la primera Villa fundada en el País Vasco en el año 1114"
Reservamos con tiempo las entradas para visitar el Valle Salado, y ya desde la entrada acompañados por una estupenda guía, que nos fue contando punto por punto cada uno de los puntos de esta explotación salinera, mientras caminábamos entre agua de manantial, maderas, pozos, canales, terrazas, eras, almacenes, y sal, por este valle de extracción de sal, llamándonos la atención toda la estructura realizada para llevar el agua de los manantiales hasta las eras, terrazas y así conseguir la sal.
La verdad, es que ver estas estructuras de madera que resistan la agresividad de la salmuera, tanto en los pilares, vigas, travesaños, como en los propios canales es algo digno de admirar. Y es que la sal lo invade y destruye poco a poco todo.
Pero además, de ver esta infraestructura tan sencilla y a la vez tan compleja, nos llamó la atención conocer que la historia de este "oro blanco" que se lleva explotando en esta zona desde hace más de 7000 años. Y es que la sal ha sido muy importante durante la época anterior a la refrigeración y aún hoy en día como conservante y para aportar sabor a las elaboraciones gastronómicas.
El aprovechamiento de los manantiales de agua con salmuera que en 2009, sus propietarios: Asociación o Sociedad de Salineros Gatzagak, heredera de la Comunidad de Caballeros Herederos de las Reales Salinas de Añana, con más de 900 años de historia, llegaron el día 31 de julio de 2009, para continuar como propietarios de las eras del Valle Salado, así como los derechos de recogida de las y del uso de manantiales, pero donando a la Fundación Valle Salando de Añana, la propiedad, pero reservándose el uso, ventaja o utilidad de los manantiales del pueblo. Y es que los manantiales son los que suministras con sus aguas subterráneas la salmuera hasta el nivel superficial de manera continua, sin empleo de medios mecánicos para su extracción, existiendo bastantes en el valle, pero solo se utilizan por su caudal y salinidad, los conocidos con los nombres de: Santa Engracia, La Hontana, El Pico y Fuentearriba.
El agua lo transportan por gravedad a través de los canales de madera, a los que se les llaman "royos"
Esos canales, depositan el agua salada en los pozos, existiendo unos 848 pozos, y existiendo un "libro maestro" para la distribución y aprovechamiento de la "muera".
Desde los pozos, el agua se vierte en las eras o terrazas, teniendo cada una entre 12 y 20 metros cuadrados, y así conseguir que se produzca la evaporación, y se obtenga la sal.
Una vez evaporada el agua, estas eras, poseen una especie de trampilla o arqueta, que se abre, y mediante una especie de rastrillo, se lleva a este punto la sal obtenida, que cae por gravedad a los almacenes que se encuentran debajo de las eras. Y esta claro, que estos "arquitectos o ingenieros de estructuras" anónimos, supieron emplear muy bien su conocimiento y la gravedad en todo el proceso.
En estas salinas que están consideradas una de las mejores sales del mundo, se obtienen cinco tipos de sales naturales: Sal de Manantial, Flor de sal, Chuzo de Sal, Sal Líquida Mineral y Sal Fina. Y tras adquirirla y probarla con distintas elaboraciones en nuestra cocina sin gluten, no podemos estar más de acuerdo con las palabras del gran chef Pedro Subijana: "La Sal de Añana tiene una intensidad que perdura mucho en la boca y no hace falta tanta cantidad como con otras sales que no son tan naturales".
Una vez conocida esta sal, esperamos poder contar siempre con ella en nuestra cocina, y así disfrutar de ese sabor tan especial que aporta a nuestras elaboraciones caseras sin gluten y apta para celiacos.
#Escribimoslovivido
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