En muchos hospitales españoles, se han instalado campanas para en los servicios de oncología para hacerla sonar o tañer, y así celebrar el final del tratamiento oncológico, pero, a su vez también transmitir la esperanza a aquellos que continúan en la sala, recibiendo ese tratamiento con la esperanza de recuperar la salud gracias a la ciencia y a esos estupendos equipos médicos especializados en mejorar la calidad de vida de los enfermos y enfermas de distintos tipos de cáncer, y la verdad, que cuando estás en la sala, y escuchas ese sonido, emociona y hace hasta saltar las lágrimas, sabiendo que alguien ha pasado esa etapa de tratamiento, o ha vencido al cáncer.
La tarde del pasado viernes 9 de mayo, fui yo quien hizo sonar esa campana tras terminar el tratamiento de quimioterapia neoadyuvante, operación de cáncer de mama y oncología radioterápica, aunque aún queda más tratamiento de inmunoterapia y control oncológico durante bastante tiempo.