domingo, 5 de junio de 2016

Caminar sin gluten por la Serra Gelada hasta el Faro del Albir. Alfaz del Pi (Alicante) #lalfas

Desde siempre nos han atraído los faros, así como el entorno donde están instalados. Y cuando hemos tenido ocasión hemos caminado hasta acercarnos lo máximo posible a ellos. Además, durante años, la luz de uno de los faros del Mediterráneo, entraba en nuestro refugio y era una sensación muy especial el recibir esos destellos. Pero, como dice Eugenio Linares (farero de Estaca de Bares): 

“Los faros se encuentran en la parte menos terrestre de la tierra, y menos marítima del mar”.

En lugares normalmente aislados y maravillosos de la naturaleza costera.


Por nuestra parte, siempre hemos entendido que la luz de su linterna, es luz de vida, y que a muchos navegantes les salvado de sucumbir, y les guía hacia su puerto. Y desde hace más de cuarenta años que llegamos por primera vez a Altea (Alicante) nos llamó la atención el faro que al mirar al Mar Mediterráneo, veíamos a nuestra derecha. Pero, por unos motivos o por otros, hasta hace solo unos días no hemos podido acercarnos a caminar por el que desde 2005 es Parque Natural de Serra Gelada o Sierra Helada, y llegar hasta el Faro de Punta Albir, cuya linterna se  iluminó hace 153 años, con aceite, el 30 de abril de 1863.


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