Para la gran mayoría de las personas, el entrar en un restaurante, solicitar la carta y elegir que degustar, puede ser algo especial, ya que normalmente se elige ir a un restaurante que nos han recomendado, que hemos oído que tiene manjares especialmente atractivos y en muchas ocasiones por la calidad y el precio. Siempre, según el momento y las circunstancias. Pero para una persona celíaca, muchas veces, el encontrar un restaurante, donde en principio conozcan la celiaquía, que sepan cocinar sin gluten, que eviten la posible contaminación cruzada y que tengan una carta atractiva, es realmente difícil, aunque poco a poco la cosa va mejorando.

Pero en la gran ciudad de Madrid, donde abundan restaurantes de todo tipo, categoría y precio, hasta la fecha, aún existen pocos restaurantes que se diferencien por su especialidad sea la comida sin gluten, y mucho menos que como es el caso de esta empresa, su segundo local tiene dos cocina para evitar aún más la posible contaminación cruzada.




Cuando, como en nuestro caso, nos gusta la naturaleza, nos gusta la fotografía y nos gusta caminar... y este año no hemos podido caminar por los bosques y hayedos con sus colores otoñales. El vivir en MADRID, nos limita en algunas ocasiones, al tener la naturaleza más próxima a unos 60 Km., en la Sierra de Guadarrama. Kilómetros que muchas veces se recorren con atascos de vehículos. Así que como también en el interior de la ciudad se pueden encontrar remansos de tranquilidad de los que disfrutar de un precioso día soleado de otoño, como ocurrió el fin de semana pasado, nos fuimos a caminar sin gluten por el magnífico 