jueves, 19 de marzo de 2020

Valdorria, el Shangri-La de la montaña leonesa, que habitaron: Amabilia, Hilarino, Amado y San Froilan. Relato de recuerdos (Primera parte)

En estos días de confinamiento por el coronavirus, una de las actividades que estamos haciendo es escanear esas diapositivas que desde 1976, cuando uno de nosotros, con su primer suelo, adquirió la mejor cámara fotográfica que pudo, una Yashica Electro 35 GTN. En su momento fue esta fue la primera controlada electrónicamente. La verdad, que la idea era haber adquirido una cámara réflex, pero ese primer sueldo como delineante, no daba para más. Dio muy buen resultado, y sufrió algún golpe, y hasta se congelo ascendiendo un invierno el Pico Almanzor en la Sierra de Gredos, y gracias a ella, podemos tener muchas diapositivas, que son un gran recuerdo de nuestras vidas.

VALDORRIA EL SHAGRI-LA DE LA MONTAÑA LEONESA
Valdorria el Shangri-La de la montaña leonesa, nevado en otoño de 1979
Y entre ese gran número de diapositivas (ahora con la fotografía digital vemos que son muy pocas), están las de cuando gracias a nuestros amigos: Meme y Chema, conocimos Valdorria este pueblo de la montaña leonesa, situando a 1.337 m de altitud, y al que cuando fuimos por primera vez en el otoño de 1979, aún no tenía carretera de acceso desde la población de Nocedo (1058 m). Desde esta primera visita a este "Shahgri-La" de la película "Horizontes perdidos" de Frank Capra  de la montaña leonesa, pensamos en escribir sobre este pueblo y sus gentes. Pero, por distintos motivos, al final ha tenido que pasar 41 años para hacerlo recordando este lugar maravilloso, al que volvimos en  1984.


CURUEÑO, EL RIO DEL OLVIDO DE JULIO LLAMAZARES
Curueño el río del olvido de Julio Llamazares






En el año 1990, el escritor Julio Llamazares publico el libro: "El Río del Olvido", donde nos relata su viaje a pie, en el verano de 1981, y esos recuerdos de los veranos que pasó en la zona del río Curueño, ya que el nació en la desaparecida población de Vegamián, bajo las aguas del pantano del Porma (Boñar). Un libro que hemos leído varias veces, y del que vamos a tomar algunos párrafos en esta entrada. Pero, también, tenemos en nuestra biblioteca el número 0 de otoño 1983, y algún otro ejemplar, de la Revista de Recuperación Cultural Etnográfica y Antropológica: "Los Argüellos leoneses" de la Asociación Cultural "Instituto de Estudios Argollanos" Dama de Arintero.


AMIGOS Y AMIGAS CON AMABILIA E HILARINO EN VALDORRIA
Grupo de amigos y amigas con Amabilia e Hilarino en Valdorria (León)
En el Noviembre de 1979, este grupo que podéis ver en la fotografía anterior, guiados por los grandes conocedores de la zona: Meme y Chema, nos desplazamos con nuestros coches hasta Nocedo, en el Valle del Río Curueño, en la montaña leonesa, dejando los coches junto al Bar de la Sierra, y desde allí, cargados con nuestras mochilas – entonces los llamábamos macutos – subir esa empinada cuesta con un desnivel de 280 metros, en unos 4 km


SENDERO DE NOCEDO A VALDORRIA EN 1979
Sendero de Nocedo a Valdorria en 1979
Llamazares, que en 1981, estando en el bar de Nocedo, reproduce una conversación sobre la construcción de la carreta a Valdorria con el dueño del bar, mientras le sirve una cerveza: "Ya ve usted. Ahora se ha ido casi todos es cuando se acuerdan de hacerles un camino como Dios manda. Y "El Viajero", responde: "para ver si se marchan por él los que todavía aguantan". 

Y al llegar al collado, sorprendernos con la aparición del casas de Valdorria. Ese camino, que en palabras de Julio Llamazares, mientras se encuentra en la Fonda Orejas de la Vecilla piensa que: “tendrá que subir de Nocedo a Valdorria, cuando caiga la tarde, la cuesta más terrible y empinada de su vida”. Y es que hasta el verano de 1981, esta población no dispuso de carretera para subir hasta esta población, y solo un serpenteante y estrecho camino de herradura, por el que acceder.

ENTRADA VALDORRIA EN OTOÑO 1979
Entrada dese el collado a Valdorria
Julio Llamazares, nos lo define muy el camino en su libro: "El viajero ha descubierto entre las urces el rastro del sendero que, muchos siglos, sirviera a los vecinos de Valdorria como única vía de comunicación. Un camino de herradura estrecho y largo, apto más para las cabras que para las bestias de carga, por los que los valdorrianos han tenido, sin embargo, que bajar hasta Nocedo cada día las leches de sus vacas y subir a lomos de burros todo lo necesario para vivir".

Tras admirar también el paisaje que nos rodeaba, fuimos hacia la casa de Amabilia e Hilarino, con el que Chema se había comunicado dejando recado por teléfono en el bar de Nocedo. Y es que en este pueblo, si tenían luz, pero ni teléfono, ni agua corriente. Y para que el agua llegara a sus casas, desde la fuente situada a la entrada del pueblo, habían instalado una serie de mangueras que conectaban a los caños. Esto valía cuando hacía buena temperatura, ya que con las heladas, tenían que vaciarlas. Y esos recados telefónicos se los transmitían a los vecinos que bajaban a Nocedo. Tambíen, y con tiempo a través de correos. Y es que Chema, además de avisar que día iría y con cuantas personas, se preocupaba de que le dijeran si necesitaban algo de Madrid, de León o de La Vecilla, para subírselo. Y hasta en una ocasión, para sellar todos los cristales de las casas del pueblo con silicona, ya que lo cristales estaban solo sujetos con un junquillo de madera y uno clavos pequeños, dejando pasar muy bien el aire.

De Hilarino, habla también Julio Llamazares en el libro dentro del apartado "Valle perdido": "Hilarino nació en Valdorria hace 70 años (1981) y no sabe muy bien porque se quedó. Los de su época se fueron casi todos (a Madrid, a Bilbao, a Barcelona, a Suiza, a la Argentina, hasta Australia y Nueva York), pero Hilarino se quedo en Valdorria y, aunque ya jubilado, todavía cría algunas cabras y continua teniendo un poco de bar: un armario con unas botellas y alguna lata de conserva para los excursionistas que como hoy el vijaro, se deján caer de tarde en tarde por aquí". 

En ese tiempo no existía el turismo rural como ahora, ni las casas rurales, pero hemos de deciros que tanto Amabilia como Hilarino, eran unos grandísimos anfitriones, y amantes de su pueblo. Y al llegar a su casa, nos repartimos por las habitaciones, ya que en nada anochecería, así que no pudimos contemplar bien el paisaje, pero os podemos asegurar que desde el patio o terraza de la casa, o desde la ventana, se disfrutaba de un paisaje inolvidable.

MIRANDO POR LA VENTANA EN CASA DE AMABILIA E HILARINO EN VALDORRIA
En casa de Amabilia e Hilarino en Valdorria (León)
Esta casa, era el punto de reunión del pueblo, gracias a esa especie de bar, y una gran mesa que se encontraba a la izquierda de la entrada a la casa. Y que para nosotros era el punto de reunión para almuerzos y cenas en los días que pasamos allí. Pero, la elaboración de la comida era cosa de Amabilia, a la que siempre hemos pensado, que la pusieron el mejor de los nombres, ya que definía su amabilidad, su proximidad, su manera de ser y estar. Su rostro transmitía cariño, y salud a partes iguales. Y a la hora de cocinar, lo hacía a las mil maravillas.

AMABILIA EN SU COCINA DE VALDORRIA EN 1979
Amabilia en su cocina de Valdorria en otoño 1979
En esos días, subimos la comida en nuestros macutos o mochilas, y siempre recordaremos unos pollos que compramos en La Vecilla, y que nos los preparó a las mil maravillas. Las conversaciones con ellos fueron muy instructivas, eran personas abiertas que transmitían mucho. Y fue estupendo conocerlos y dar echar unos tragos a la bota de vino.

HILARINO DANDO UN TIENTO A LA BOTA DE VINO
Hilarino dando un tiento a la bota de vino, mientras Amabilia sonrie.
Pero su vida, en este pueblo no era sencilla, y más incomunicados durante los inviernos. A Julio Llamazares, y a nosotros también, Hilarino nos decía: "...a partir de noviembre, acostumbran a caer por estos montes olvidados de los hombre y de Dios. Unas nevadas tan fuertes que a veces duran dias enteros y que sepultan el pueblo y sus habitantes durante muchos días más. Días interminables, noches largas y oscuras, semanas y semana encerrados en las casas escuchando la radio y jugando a las cartas y rezando en poder salir de aquí. Ese, y no otro, es el destino de los once habitantes de Valdorria desde noviembre a abril".

Y la vida de Amabilia, como la de muchas mujeres de pueblo (mujeres rurales), que trabajaba en la casa, en el campo, con las vacas, y bajando en las alforjas sobre los lomos de burros y mulas, hasta Nocedo todos los días - hiciera el tiempo que hiciera - las cantaras de leche, tampoco fue fácil. Y es que en ese camino, en esa cuesta, que nos contaba "El Viajero" (Julio Llamazares)"En el nacieron sueños y parejas volviendo de noche al pueblo con las estrellas, y en él halló la muerte más de uno, sorprendido en mitad del monte por la ventisca o - como la tía Virginia y su burro, cuando el viajero era niño - por el resplandor de un rayo". A Amabilia, casi le costó la vida, pero no por la ventisca, ni por el rayo, sino por el mordisco en el cuello de la mula con la que bajaba la leche, ya que la pegó un gran mordisco en el cuello, y la llevo colgada durante un largo recorrido de este sendero, mientras se desangraba. Y de recuerdo de aquel duro día de su vida, tenía una gran cicatriz en su cuello.

Las vacas habían sido siempre su vida, y junto a su casa estaba el establo ya vacío, al que se accedía desde el patio, mientras que para la paja, al esta la casa construida en pendiente, se tenía acceso a través de un puerta en la zona de abuhardillado. Y por la tarde nos preguntó: "¿Cuanta leche queréis para mañana?. Y se puso a hervirla en unas grande cacerolas sobre la cocina de leña, que además hacía las veces de calefacción de la casa.

HIRVIENDO LECHE EN LA COCINA DE AMABILIA DE VALDORRIA
Hervido de leche en la cocina de Amabilia de Valdorria (1979)
Y a la mañana siguiente, después del descanso en nuestros sacos de dormir, un buen desayuno en la cocina, que era la zona más caliente, ya que había estado toda la noche del 9 al 10 de noviembre nevando, y había bajado mucho la temperatura.

DESAYUNO EN LA COCINA DE AMABILIA EN VALDORRIA
Desayuno bien caliente en la cocina de Amabilia en Valdorria (Leon)
Tras el desayuno, salimos todos a realizar una buena caminata y, algunos ascendimos la Peña Galicia (1,666 m). 

CAMINANDO HACIA LA PEÑA GALICIA DESDE VALDORRIA
Vista el 10 de noviembre de 1979 de la Peña Galicia en Valdorria (León)
El camino nos resultó muy atractivo, con un paisaje espectacular, y solitario. Y con la vista en subir a la Peña Galicia. En todo momento, valorando esta naturaleza aislada, y los contrastes entre las distintas orientaciones de las montañas.

PAISAJE DE LA MONTAÑA LEONESA EN VALDORRIA
Contrastes de la montaña leonesa en Valdorria
Por una parte nos sorprendía este paisaje de este valle perdido, de este Valle de Valdecesar y la belleza de los pliegues nevados de las montañas cercanas, como el Pico Polvonera o Correcillas (2.005 m).

NEVADA OTOÑAL EN LAS MONTAÑA LEONESA
Pico Polvonera o Correcillas (2.005 m) 
Y poco a poco, nos fuimos acercando a Peña Galicia, y decidimos ascender por una canal con un poco de nieve, y  nos llamó la atención escuchar unos ladridos, es más, nos preocupo.

CANAL DE ACCESO A PEÑA GALICIA EN VALDORRIA
Canal de ascenso a la Peña Galicia

Aunque la sorpresa fue aún más grande, cuando al llegar a la cima, escuchamos una voz que nos decía: "¿A donde váis?, mira que subís por un sitio difícil". Y vimos a un pastor, con  chaqueta y chaqueton, fumando un cigarrillo de picadura de tabaco, junto a sus perros y cabras. Era Amado, que había madrugado mucho más que nosotros en esa gélida mañana otoñal.

CIMA DE PEÑA GALICIA EN 1979 CON AMADO EL PASTOR
Cima de Peña Galicia con Amado el pastor de Valdorria en noviembre 1979
Desde la cima de Peña Galicia, las vistas en cualquier dirección nos impresionaron. Ya fuera mirando hacia el Valle del Río Curueño, ese "Río del Olvido".

VISTA DEL VALLE DE RIO CURUEÑO DESE PEÑA GALICIA
Vista del Valle del Río Curueño desde la cima de Peña Galicia
Y eso comentamos todos los que ascendimos a esta peña, el paisaje de montaña que podíamos ver desde nuestra situación privilegiada.

CON JUSTO GARRIDO EN PEÑA GALICIA 1979
Con el amigo y compañero de clase  Justo Garrido en Peña Galicia.
Así como Peña Valdorria (1.926 m), nuestra propuesta de ascensión para el día siguiente por la ruta conocida como: "Canal del Cementerio". Un nombre no muy atractivo, y que en la imagen se ve llena de nieve. Bajo esta gran peña, podemos ver la población de Valdorria.

PEÑA VALDORRIA Y EL PUEBLO DESDE PEÑA GALICIA
Peña Valdorria algo nevada y a su pies el pueblo de Valdorria
Pero por si en la anterior fotografía no habéis visto el pueblo en la conexión entre las distintas montañas, en la siguiente fotografía podéis ver Valdorria bajo los pies de este perro de pastoreo de Amado.

VALDORRIA DESDE PEÑA GALICIA Y EL PERRO DE AMADO EL PASTOR
Vista de Valdorria dese Peña Galicia
Y despidiéndonos de Amado, que se quedaría un buen rato en la zona con sus cabras y sus perros, volvimos sobre nuestros pasos hacia el pueblo, donde nos esperaban Amabilia e Hilarino con un exquisito almuerzo, y una buena charla sobre los lobos en la zona, los mastines, y muchas más cosas. Entre ellas la leyenda que nos contó Amabilia, sobre el tesoro que los árabes escondieron en Peña Morquera (1.422 m)"Adiós, Peña Morquera, cuánto oro y plata en ti queda. En la raíz de una zarza, a la falda de la Peña"

AMADO CON SUS CABRAS EN PEÑA GALICIA EL 10 NOVIEMBRE 1979
Amado con su rebaño de cabras el 10 de noviembre de 1979 en el Pico Galicia (León)
Y desde el camino de vuelta, apreciamos la situación de la ermita de San Froilan, en lo alto del roquero, y a sus pies pasa el rio Valdorria, que tras caer en una cascada escondida, lleva sus aguas al río Curueño. Hemos marcado con un círculo dorado donde se encuentra la ermita.

PAREDES CALIZAS Y ERMITA DE SAN FROILAN EN VALDORRIA
Riscos calizos y ermita de San Froilan en Valdorria (León)
Pero de la ascensión a la Peña Valdorria, del camino y las escaleras la Ermita de San Froilan, así como su leyenda y,  de otras cosas, ya os hablaremos en otra entrada, donde recordaremos esos momentos vividos en este "Valle Perdido"

CABRA Y VISTA DEL PICO POVONERA O CORRECILLAS
Cabra en Peña Galicia y la Peña Polvonera o Correcillas de fondo
Esta crónica viajera del recuerdo, así como de otros lugares, siempre las encontraréis (según vamos actualizando), en: Carta Turística: Viajes, escapadas, senderismo, actividades, experiencias, naturaleza, lugares, rincones, ciudades, pueblos… Publicadas en blog.

#Escribimoslovivido

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