Según leímos en la web de Rocambolesc, este proyecto partió de la voluntad de Jordi Roca por recuperar el tradicional carro de postres de El Celler de Can Roca (Mejor restaurante del mundo 2013), e imaginaron, que sería divertido recorrer las calles de Girona ofreciendo dulces, pero al final,,,
Por distintos motivos, optaron por abrir un local de estilo vintage, inspirada en el mundo fantasiosos de la fábrica que nos presemto Willy Wonka, en la película: Charli y la fábrica de chocolate. Aunque en esta ocasión, se trata de una fábrica de helados, de los excelentes hermanos Roca, que pretenden: “sea una ventana abierta para que el gran público pueda conocer qué se cuece en ella; es un establecimiento donde experimentar las dulces sensaciones de El Celler de Can Roca… con helados siempre recién acabados y elaborados con productos naturales… Para comer en la calle o para llevarse a casa”.
Por distintos motivos, optaron por abrir un local de estilo vintage, inspirada en el mundo fantasiosos de la fábrica que nos presemto Willy Wonka, en la película: Charli y la fábrica de chocolate. Aunque en esta ocasión, se trata de una fábrica de helados, de los excelentes hermanos Roca, que pretenden: “sea una ventana abierta para que el gran público pueda conocer qué se cuece en ella; es un establecimiento donde experimentar las dulces sensaciones de El Celler de Can Roca… con helados siempre recién acabados y elaborados con productos naturales… Para comer en la calle o para llevarse a casa”.