Guía Establecimientos

martes, 5 de mayo de 2015

Rocambolesc, la gelatería o fábrica de helados alta calidad, y excelentes texturas sin gluten en Girona.

Según leímos en la web de Rocambolesc, este proyecto partió de la voluntad de Jordi Roca por recuperar el tradicional carro de postres de El Celler de Can Roca (Mejor restaurante del mundo 2013), e imaginaron, que sería divertido recorrer las calles de Girona ofreciendo dulces, pero al final,,,


Por distintos motivos, optaron por abrir un local de estilo vintage, inspirada en el mundo fantasiosos de la fábrica que nos presemto Willy Wonka, en la película: Charli y la fábrica de chocolate. Aunque en esta ocasión, se trata de una fábrica de helados, de los excelentes hermanos Roca, que pretenden: “sea una ventana abierta para que el gran público pueda conocer qué se cuece en ella; es un establecimiento donde experimentar las dulces sensaciones de El Celler de Can Roca… con helados siempre recién acabados y elaborados con productos naturales… Para comer en la calle o para llevarse a casa”. 





Así, que aunque teníamos claro, que en nuestra estancia en Girona, no podríamos ir a El Celler de Can Roca, no queríamos dejar de visitar y disfrutar de los helados de Rocambolesc, la primera tarde, cuando estuvimos caminando al atardecer por las calles del casco histórico de Girona, y aprovechando la hora azul para fotografiarla, el broche, fueron unos helados sin gluten de Rocambolesc. 


Y es que al entrar en la heladería, nos llamo la atención su decoración: el gran espejo pintado de forma muy colorista, la barra con la variedad de helados y topping, las tuberías, el carro de lechero aparcado en su interior… Pero, sobre todo el ver el cartel que indica que los helados no contienen gluten.


Degustar en la calle, junto al Puente de Hierro sobre el río Onyar, estos excelentes helados, con los distintos sabores y texturas de sus toppings, es algo que siempre recordaremos, por su sabor y por el lugar.


Y os recomendamos que una vez elegido el sabor que más os apetezca, os dejéis orientar por las personas que atienden en el establecimiento, ya que  muy al contrario de lo que ocurre con Willy Wonka, no nos ponen a prieba, sino que nos demuestran su experiencia en la mezcla de texturas y sabores.


Por otra parte, podemos pensar que siendo una heladería de los hermanos Roca, el precio sería elevado para muchos bolsillos, pero el precio de la terrina grande es de 3,5 euros, algo muy similar a otras heladerías, pero con una calidad y gusto especiales, además de ser aptos para celíacos.


Después de probar estos helados de Rocambolesc, y esperando volver a caminar por las calles de esta ciudad que tanto nos ha gustado, iremos a Rocambolesc-Madrid, para degustar estos helados y recordar esos momentos junto al Puente de Hierro y el río Onyar.




#escribimoslovivido.

6 comentarios:

  1. Si te han gustado estos helados en Girona te recomiendo que pases por la sucursal que han abierto en Madrid, es más pequeño el local, pero los helados, que es lo importante, son igual de buenos.
    Te dejo el enlace del post que hice de Rocambolesc en Madrid http://gastroaventurasdecarmen.blogspot.com.es/2015/03/rocambolesc-por-fin-en-madrid.html
    besos,

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    1. Amiga Carmen, gracias por tu recomendación. Tenemos previsto el acercarnos alguna tarde a disfrutar de un helado de Rocamboles en el Corte Ingles de Serrano.

      Nos ha gustado mucho el leer tu post.

      Besotes

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  2. Toda una experiencia gustativa y una difícil elección, pues dan ganas de pedirlos todos.
    Besos.

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    1. Sí, la verdad es que con la variedad y calidad de estos helados, es dificil elegir, por eso, más o menos sabiendo los gustos de cada uno, dejarse guiar por los profesionales que te atienden con una sonrisa para elegir.

      Besotes

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  3. Ha sido ver la foto del helado y empezar a salivar. Me encanta la decoración y me acercaré por la de Madrid a la primera ocasión que tenga.

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    1. La verdad, es que la decoración del local es estupenda, y nos hace ser un poco niños degustando estos helados tan impresionantes.

      Esperamos que cuando vuelvas por Madrid, disfrutes de unos helados de Rocambolesc.

      Abrazos.

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